«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entoncesla prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuandotrascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal,restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie defúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica yancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas enactitud virginal.»En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece elcuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponenen relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, AmaiaSalazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará de vuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria yde la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmasfamiliares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de unarealidad brutal.