Debimos habernos arrancado todo cuando a£n ten¡amos manos.Despedazarnos como lo har¡an los lobos. Hacernos todo el da¤o de unasola vez. As¡ no estar¡a nuestra habitaci¢n llena con los jirones deaquellas banderas que nos inventamos para pedir la paz. La cama dondedorm¡as, ahora est llena de sangre y huesos, y trozos de vida,esperando que un forense me diga al menos, a qui‚n pertenecen. Lasarmas a£n calientes, los cuchillos, la piedra con la que machaqu‚ tuesperanza. Debimos, hac‚rnoslo todo de una, y el resto del tiemposolo mirarnos de cerca y tranquilos, calentar agua, gritarnos perodesde su otra forma, ahuecar las manos en forma de mar y pedirle alotro que las llenase con peces tropicales. Debimos juntar laspalabras y arder con ellas, arder en ellas, arder. Nunca habr m samor que en el desamor.